Makemake. Este mundo helado de nombre sonoro
descubierto hace poco, en 2005, y que orbita las partes más externas del
Sistema Solar, se ha mantenido relativamente oculto y misterioso para
los astrónomos. Pequeño y lejano, poco se sabía sobre él, aparte, por
supuesto, de que es un planeta enano, como también lo son Eris y el famoso Plutón. Ahora, investigadores españoles han conseguido desvelar las auténticas características
del extraño Makemake y «tomarle las medidas» al observarlo mientras
cruzaba por delante de una estrella distante, algo realmente complejo.
Pese a lo que se creía, carece de atmósfera.
El planeta enano tiene dos tercios el tamaño de Plutón y se
encuentra en una órbita aún más lejana que la del polémico planeta
degradado en el cinturón de Kuiper.
Observaciones previas mostraban que era similar a sus colegas enanos,
por lo que se creía, erróneamente, que tenía una atmósfera parecida. El
nuevo trabajo, liderado por José Luis Ortiz, investigador del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de
Astrofísica de Andalucía, ha demostrado, sin embargo, que Makemake no
tiene una atmósfera significativa.
Para llegar a esta conclusión, los científicos realizaron
un intenso trabajo de cálculo y coordinación. «Dado que apenas
conocíamos nada de Makemake, y no esperamos que haya una misión espacial
a este planeta enano en muchas décadas, nos volcamos en buscar y
observar potenciales ocultaciones por este cuerpo», explica José Luis
Ortiz. Lo que buscaban, en otras palabras, era «pillar» a Makemake cuando pasara por delante de una estrella,
una oportunidad excepcional y en ese caso, muy poco corriente, ya que
se trata de un tramo del cielo con relativamente pocas estrellas.
16 telescopios
Debido a que sus diámetros angulares son
extraordinariamente pequeños y sus órbitas no se conocen bien, dar con
este tipo de objetos lejanos no resultaba tarea fácil. «En algunos
sentidos, es como atinar a una mosca a unos cincuenta kilómetros de
distancia con un láser poco más ancho que la mosca», compara el
investigador. Para lograrlo, el equipo utilizó una red de 16
telescopios, entre los que se encontraban el Very Large Telescope y el
New Technology Telescope, ambos del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Siete de los observatorios lograron captar a Makemake de paseo por
delante de la estrella. Se trata de la primera vez que telescopios
gigantes han detectado una ocultación estelar producida por un objeto
transneptuniano.
«Cuando Makemake pasó frente a la estrella, bloqueando su
luz, en lugar de apagarse y volver a brillar de forma gradual, la
estrella desapareció y reapareció bruscamente», señala Ortiz. «Esto
significa que el pequeño planeta enano (a diferencia de Plutón) no tiene
una atmósfera significativa». No obstante, cabe la posibilidad de que
pueda albergar zonas donde se forme una atmósfera local.
Sin lunas
Los científicos también han conocido otras características
de Makemake. Por ejemplo, han podido determinar su tamaño con precisión
(una elipse con unos ejes de 1.430 y 1.502 kilómetros de longitud) y han
estimado, por primera vez, su densidad, 1,7 gramos por centímetro
cúbico. Además, su albedo, la cantidad de luz que refleja su superficie,
es del 77%, superior al de Plutón (52%) pero inferior al de Eris (96%).
La ocultación también ha descartado la existencia a su alrededor de
lunas de más de doscientos kilómetros de diámetro.