Las historias de superación de los atletas olímpicos muchas veces son inspiradoras y ejemplos a seguir por muchos de los que en ocasiones se sienten limitados a realizar un sueño o cumplir una meta. Ya sea por falta de apoyo económico, por motivos familiares, lesiones o enfermedades, cuando se quiere se puede. Las historias de estos tres campeones olímpicos son una muestra de ello.
La reina de la gimnasia artística, Simone Bile (USA) medallista de oro durante las Olimpiadas de Rio 2016, posee una historia que es de dedicación y superación. Con poco menos de 1.50 cm de altura se ha dedicado a conquistar al mundo con saltos y piruetas.
A los tres años de edad, Simone y sus hermanos fueron despojados de los cuidados de su madre por los servicios sociales, debido a la incapacidad de esta para cuidarlos, producto de su adicción a los narcóticos. Posteriormente Simone y su hermana Adria fueron adoptadas por sus abuelos maternos quienes han sido sus tutores hasta el momento.
Simone ha dedicado su infancia y adolescencia a la gimnasia, dejando a un lado actividades comunes, como graduarse en la escuela o ir a bailes, con el motivo de poder contar con más horas de entrenamiento. !Y vaya que le ha dado resultado!
La judoca colombiana Yuri Alvear, consiguió medalla de plata durante las Olimpiadas de Rio 2016, ejemplo de superación mediante el empeño y la determinación, la convierten en una campeona del judo y de la vida.
A Yuri la vida le ha enseñado que todo logro necesita de un gran sacrificio. Nació en una familia humilde, nunca le faltó ni comida ni vivienda gracias al duro trabajo realizado por sus padres. Sin embargo, esto no fue suficiente para costearle siempre los gastos que el deporte le exigía.
La mayoría de las veces que tuvo que competir, le tocó pedir ayuda económica a los habitantes de su pueblo natal. Ella y su compañera de judo Luz Adiela Álvarez organizaron rifas, bingos bailables con motivo de reunir el dinero necesario para cubrir los viajes al exterior y así poder colgarse una medalla olímpica.
Ahora, Yuri retribuye a su familia el esfuerzo realizado para impulsarla en el deporte que eligió y en cual se ha estado triunfando por años. Actualmente cubre los gastos de sus padres y ayuda económicamente a su hermano.
La reina de la gimnasia artística, Simone Bile (USA) medallista de oro durante las Olimpiadas de Rio 2016, posee una historia que es de dedicación y superación. Con poco menos de 1.50 cm de altura se ha dedicado a conquistar al mundo con saltos y piruetas.
A los tres años de edad, Simone y sus hermanos fueron despojados de los cuidados de su madre por los servicios sociales, debido a la incapacidad de esta para cuidarlos, producto de su adicción a los narcóticos. Posteriormente Simone y su hermana Adria fueron adoptadas por sus abuelos maternos quienes han sido sus tutores hasta el momento.
Simone ha dedicado su infancia y adolescencia a la gimnasia, dejando a un lado actividades comunes, como graduarse en la escuela o ir a bailes, con el motivo de poder contar con más horas de entrenamiento. !Y vaya que le ha dado resultado!
A Yuri la vida le ha enseñado que todo logro necesita de un gran sacrificio. Nació en una familia humilde, nunca le faltó ni comida ni vivienda gracias al duro trabajo realizado por sus padres. Sin embargo, esto no fue suficiente para costearle siempre los gastos que el deporte le exigía.
La mayoría de las veces que tuvo que competir, le tocó pedir ayuda económica a los habitantes de su pueblo natal. Ella y su compañera de judo Luz Adiela Álvarez organizaron rifas, bingos bailables con motivo de reunir el dinero necesario para cubrir los viajes al exterior y así poder colgarse una medalla olímpica.
Ahora, Yuri retribuye a su familia el esfuerzo realizado para impulsarla en el deporte que eligió y en cual se ha estado triunfando por años. Actualmente cubre los gastos de sus padres y ayuda económicamente a su hermano.
La primera nadadora española en ganar medalla de oro, Mireia Belmonte, muestra de superación a través de la disciplina y la autoexigencia. Ingresó al mundo de la natación por prescripción médica ya que a los cuatro años de edad le fue diagnosticada una escoliosis.
Siguiendo los consejos de los especialistas, sus padres deciden llevarla a clases de natación, en un inicio, no destacaba sobre las otras niñas, pero a medida que crecía demostraba a sus entrenadores el potencial que tenía. Alérgica al cloro y asmática, Mireia ha logrado demostrar que la determinación que tiene y los objetivos que se propone los cumple, sin importar las barreras que se crucen en su camino.
Su constancia la ha hecho ganar diversos campeonatos europeos, mundiales y juegos olímpicos, donde ha logrado obtener medallas tanto en Londrés 2012 y ahora en Rio 2016, donde se ha colgado dos medallas.
